La experiencia de compra en el punto de venta se ha convertido en un factor determinante en las decisiones de compra de los consumidores. Ya no vale con ofrecer un producto o servicio de calidad, es necesario aportar algo más. Por eso muchas marcas y negocios de éxito han adoptado nuevas estrategias basadas en ofrecer experiencias irrepetibles que aporten valor al producto y establezcan un vínculo emocional con el cliente. Así es como nacen los “concept store”, tiendas que marcan la diferencia con entornos únicos donde la creatividad y el diseño se alían para cautivar al consumidor.
Camper concept store de Londres, por Tokujin Yoshioka
Ya sea en forma de tiendas multimarca o establecimientos corporativos, son espacios comerciales que tratan de aproximar al cliente al universo de la marca explorando el marketing de los sentidos y las emociones para ofrecer una experiencia de compra única e irrepetible que vaya más allá de la mera compra de un producto o servicio. Por tanto, no están diseñadas para exponer los productos al consumidor tal y como lo haría un establecimiento tradicional, sino para adentrarnos en la filosofía de la marca y hacernos participes de esta experiencia.
En las concept stores no se vende nada que no podamos adquirir en cualquier otra tienda de la marca. Pero, el golpe de efecto que supone visitar una de estas tiendas y sumergirse en un contexto sugerente y provocador donde la arquitectura del espacio, los materiales, el mobiliario, los colores, la iluminación o la música invitan a establecer un contacto más directo con la marca, aportan un valor añadido que difícilmente se puede conseguir con el estatismo de un comercio convencional. De hecho, la inversión necesaria para proyectar este tipo de tiendas no siempre se verá compensado por el beneficio que le reporten las ventas, pero en términos de imagen supondrá un factor de éxito que si repercutirá positivamente en el prestigio y reputación de la marca.
Munich concept store, Barcelona
¿Pero que tienen de especial los concept stores?
Básicamente son espacios dinámicos y funcionales, donde el cliente interactúa de una forma mucho más directa e informal con los productos que allí se exponen. De hecho, es bastante habitual que estos espacios incorporen servicios adicionales a la compra, como actividades de ocio vinculadas al mundo del arte o la cultura, incluso servicios de lounge bar y música en directo que transforman una mera tarde de compras en una actividad mucho más lucrativa y gratificante para el cliente.
Como ya podréis adivinar, muchas empresas del fast fashion, el diseño y otros sectores comerciales han visto en este tipo de tiendas conceptuales, una forma rentable de comunicar los valores de la marca y posicionar su imagen en el mercado. Pero, no podemos concluir este post sin antes mencionar dos de las tiendas pioneras en esta sofisticada estrategia de comunicación y branding para firmas y marcas de moda. Me refiero a la concept store Merci en París y su homónima Colette. Aquí os dejamos un vídeo-reportaje sobre la Concept Store Colette en du 213 rue Saint-Honoré Paris.